La tontería del zoom
Después de los megapixels, el segundo dato que se suele usar para comparar si una cámara es mejor que otra es el "zoom". Este tema si que es alucinante.
Zoom significa que el objetivo de la cámara puede cambiar su distancia al sensor (por eso zoom, zumbido en inglés, por el sonido al mover el objetivo). De ahí ha evolucionado en inglés hasta significar "ampliar". En todo caso, diferenciamos los objetivos en dos tipos: los fijos, que solo tienen una distancia de enfoque y los zoom, que pueden cambiarla.
La ventaja de los objetivos fijos es que, como solo enfocan a una distancia, su funcionamiento es mucho más simple, por lo que tienen mucho menos cristales. A menos cristales, menos problemas ópticos, menos problemas cromáticos y más calidad. Su inconveniente es que no puedes ampliar ni reducir opticamente lo que la cámara "ve". Ultimamente estamos acostumbrados a que las cámaras puedan variar la distancia focal y usar un objetivo fijo nos parece un coñazo pero, la mayoría de las veces, con adelantarnos o atrasarnos unos pasos, tenemos el problema resuelto. Además, hay objetivos que, a pesar de ser fijos, son intercambiables, por lo que podemos cubrir todas las focales pero, claro, perdiendo el tiempo de cambiar el objetivo (y con el peligro de que se nos ensucie el sensor digital).
La ventaja, entonces, de los objetivos con zoom es la versatilidad que tiene poder ampliar mucho el ángulo y hacer una foto de un grupo o un monumento entero y, moviendo un poco el objetivo, cerrar mucho el ángulo, ampliar y sacar un detalle. La desventaja es que dan menos calidad de imagen y, por tener más cristales, son menos luminosos. Eso significa que, en condiciones de poca luz, es más fácil que las fotos nos salgan movidas.
Si he llamado a este tema "La tontería del zoom" es porque, aunque el zoom es muy útil, la mayoría de la gente sobreestima los teleobjetivos. Mucha gente está obsesionada con tener un teleobjetivo muy potente, que amplie mucho (reducir muchísimo el ángulo). Realmente eso solo sirve, en la mayoría de los casos, para hacer fotos de animales, de deportistas o espiar a la vecina. Son 3 casos en los que tienes que estar lejos del objeto a la fuerza. Lo que sí que es realmente útil (y nunca te lo menciona el que te vende la cámara) es que el ángulo mínimo sea lo bastante pequeño (tenga un gran angular).
¿No te ha pasado que cuand has querido hacer una foto de un monumento no te ha cabido entero de una vez? ¿O esa foto un grupo de amigos en el que, por más que se espachurren, no salen todos? Eso es porque te falta angular. Un buen angular es 28 mm (este dato referido al equivalente en una cámara de 35 mm). Con un 28 mm tendrás un ángulo fantástico sin tener demasiada deformación. Con 21 mm se pueden hacer fotos geniales y muy artísticas, aunque con deformación.
Os pongo un par de ejemplos de fotos de Londres que hice con un angular de 28 mm.
La mayoría de las cámaras compactas empiezan en 35 mm. Eso quiere decir que no son capaces de hacer fotos así, con un ángulo muy amplio, ya que es muy difícil de fabricar en una cámara compacta. Sí que son capaces de ampliar muchísimo, que eso es lo fácil de hacer. Realmente, ¿es útil tener una cámara con mucho teleobjetivo? Yo me he llevado el teleobjetivo a 10 o 12 viajes y creo que no tengo ni una sola buena foto hecha con él.
El problema es que el número de cámaras compactas con objetivos a partir de 28 mm se pueden contar con los dedos de las manos. Yo tengo una de ellas, la Canon Powershot s70 y puedo decir que va genial. Como comenté anteriomente, muchos fotógrafos profesionales están usando la Ricoh GR Digital, de 28 mm fijo.
Como conclusión, por favor, buscad una cámara con un buen angular, que os será muy útil y os proporcionará muchas posibilidades creativas y olvidaros un poco de los superzooms, que normalmente no sirven para nada.
Zoom significa que el objetivo de la cámara puede cambiar su distancia al sensor (por eso zoom, zumbido en inglés, por el sonido al mover el objetivo). De ahí ha evolucionado en inglés hasta significar "ampliar". En todo caso, diferenciamos los objetivos en dos tipos: los fijos, que solo tienen una distancia de enfoque y los zoom, que pueden cambiarla.
La ventaja de los objetivos fijos es que, como solo enfocan a una distancia, su funcionamiento es mucho más simple, por lo que tienen mucho menos cristales. A menos cristales, menos problemas ópticos, menos problemas cromáticos y más calidad. Su inconveniente es que no puedes ampliar ni reducir opticamente lo que la cámara "ve". Ultimamente estamos acostumbrados a que las cámaras puedan variar la distancia focal y usar un objetivo fijo nos parece un coñazo pero, la mayoría de las veces, con adelantarnos o atrasarnos unos pasos, tenemos el problema resuelto. Además, hay objetivos que, a pesar de ser fijos, son intercambiables, por lo que podemos cubrir todas las focales pero, claro, perdiendo el tiempo de cambiar el objetivo (y con el peligro de que se nos ensucie el sensor digital).
La ventaja, entonces, de los objetivos con zoom es la versatilidad que tiene poder ampliar mucho el ángulo y hacer una foto de un grupo o un monumento entero y, moviendo un poco el objetivo, cerrar mucho el ángulo, ampliar y sacar un detalle. La desventaja es que dan menos calidad de imagen y, por tener más cristales, son menos luminosos. Eso significa que, en condiciones de poca luz, es más fácil que las fotos nos salgan movidas.
Si he llamado a este tema "La tontería del zoom" es porque, aunque el zoom es muy útil, la mayoría de la gente sobreestima los teleobjetivos. Mucha gente está obsesionada con tener un teleobjetivo muy potente, que amplie mucho (reducir muchísimo el ángulo). Realmente eso solo sirve, en la mayoría de los casos, para hacer fotos de animales, de deportistas o espiar a la vecina. Son 3 casos en los que tienes que estar lejos del objeto a la fuerza. Lo que sí que es realmente útil (y nunca te lo menciona el que te vende la cámara) es que el ángulo mínimo sea lo bastante pequeño (tenga un gran angular).
¿No te ha pasado que cuand has querido hacer una foto de un monumento no te ha cabido entero de una vez? ¿O esa foto un grupo de amigos en el que, por más que se espachurren, no salen todos? Eso es porque te falta angular. Un buen angular es 28 mm (este dato referido al equivalente en una cámara de 35 mm). Con un 28 mm tendrás un ángulo fantástico sin tener demasiada deformación. Con 21 mm se pueden hacer fotos geniales y muy artísticas, aunque con deformación.
Os pongo un par de ejemplos de fotos de Londres que hice con un angular de 28 mm.
La mayoría de las cámaras compactas empiezan en 35 mm. Eso quiere decir que no son capaces de hacer fotos así, con un ángulo muy amplio, ya que es muy difícil de fabricar en una cámara compacta. Sí que son capaces de ampliar muchísimo, que eso es lo fácil de hacer. Realmente, ¿es útil tener una cámara con mucho teleobjetivo? Yo me he llevado el teleobjetivo a 10 o 12 viajes y creo que no tengo ni una sola buena foto hecha con él.
El problema es que el número de cámaras compactas con objetivos a partir de 28 mm se pueden contar con los dedos de las manos. Yo tengo una de ellas, la Canon Powershot s70 y puedo decir que va genial. Como comenté anteriomente, muchos fotógrafos profesionales están usando la Ricoh GR Digital, de 28 mm fijo.
Como conclusión, por favor, buscad una cámara con un buen angular, que os será muy útil y os proporcionará muchas posibilidades creativas y olvidaros un poco de los superzooms, que normalmente no sirven para nada.