domingo, 10 de junio de 2007

Curso de Fotografía. Cómo elegir la cámara de fotos II







La tontería del zoom




Después de los megapixels, el segundo dato que se suele usar para comparar si una cámara es mejor que otra es el "zoom". Este tema si que es alucinante.
Zoom significa que el objetivo de la cámara puede cambiar su distancia al sensor (por eso zoom, zumbido en inglés, por el sonido al mover el objetivo). De ahí ha evolucionado en inglés hasta significar "ampliar". En todo caso, diferenciamos los objetivos en dos tipos: los fijos, que solo tienen una distancia de enfoque y los zoom, que pueden cambiarla.
La ventaja de los objetivos fijos es que, como solo enfocan a una distancia, su funcionamiento es mucho más simple, por lo que tienen mucho menos cristales. A menos cristales, menos problemas ópticos, menos problemas cromáticos y más calidad. Su inconveniente es que no puedes ampliar ni reducir opticamente lo que la cámara "ve". Ultimamente estamos acostumbrados a que las cámaras puedan variar la distancia focal y usar un objetivo fijo nos parece un coñazo pero, la mayoría de las veces, con adelantarnos o atrasarnos unos pasos, tenemos el problema resuelto. Además, hay objetivos que, a pesar de ser fijos, son intercambiables, por lo que podemos cubrir todas las focales pero, claro, perdiendo el tiempo de cambiar el objetivo (y con el peligro de que se nos ensucie el sensor digital).
La ventaja, entonces, de los objetivos con zoom es la versatilidad que tiene poder ampliar mucho el ángulo y hacer una foto de un grupo o un monumento entero y, moviendo un poco el objetivo, cerrar mucho el ángulo, ampliar y sacar un detalle. La desventaja es que dan menos calidad de imagen y, por tener más cristales, son menos luminosos. Eso significa que, en condiciones de poca luz, es más fácil que las fotos nos salgan movidas.
Si he llamado a este tema "La tontería del zoom" es porque, aunque el zoom es muy útil, la mayoría de la gente sobreestima los teleobjetivos. Mucha gente está obsesionada con tener un teleobjetivo muy potente, que amplie mucho (reducir muchísimo el ángulo). Realmente eso solo sirve, en la mayoría de los casos, para hacer fotos de animales, de deportistas o espiar a la vecina. Son 3 casos en los que tienes que estar lejos del objeto a la fuerza. Lo que sí que es realmente útil (y nunca te lo menciona el que te vende la cámara) es que el ángulo mínimo sea lo bastante pequeño (tenga un gran angular).
¿No te ha pasado que cuand has querido hacer una foto de un monumento no te ha cabido entero de una vez? ¿O esa foto un grupo de amigos en el que, por más que se espachurren, no salen todos? Eso es porque te falta angular. Un buen angular es 28 mm (este dato referido al equivalente en una cámara de 35 mm). Con un 28 mm tendrás un ángulo fantástico sin tener demasiada deformación. Con 21 mm se pueden hacer fotos geniales y muy artísticas, aunque con deformación.
Os pongo un par de ejemplos de fotos de Londres que hice con un angular de 28 mm.




La mayoría de las cámaras compactas empiezan en 35 mm. Eso quiere decir que no son capaces de hacer fotos así, con un ángulo muy amplio, ya que es muy difícil de fabricar en una cámara compacta. Sí que son capaces de ampliar muchísimo, que eso es lo fácil de hacer. Realmente, ¿es útil tener una cámara con mucho teleobjetivo? Yo me he llevado el teleobjetivo a 10 o 12 viajes y creo que no tengo ni una sola buena foto hecha con él.
El problema es que el número de cámaras compactas con objetivos a partir de 28 mm se pueden contar con los dedos de las manos. Yo tengo una de ellas, la Canon Powershot s70 y puedo decir que va genial. Como comenté anteriomente, muchos fotógrafos profesionales están usando la Ricoh GR Digital, de 28 mm fijo.
Como conclusión, por favor, buscad una cámara con un buen angular, que os será muy útil y os proporcionará muchas posibilidades creativas y olvidaros un poco de los superzooms, que normalmente no sirven para nada.

El magret y el móvil..

En principio, un magret de pato y un teléfono móvil no tienen mucho que ver, pero dejadme que os cuente..

Ayer venía conduciendo cuando en la radio anunciaron un restaurante de lujo y empecé a salivar como el perro de Paulov cuando mencionaron la riquísima Magret de Pato a la Frambuesa. ¡Dios! ¡Qué antojo me dió! Pero seguí conduciendo y me olvidé de tan exquisito plato.

Sin embargo, por la noche tuve que ir al Corte Inglés para comprar un regalo para una boda en la sección de horteradas de El Corte Inglés y, entre inútiles copas talladas a mano con filigranas en plata y horrorosas figuritas de cerámia, me acordé del pato. Primero pensé en que fuéramos a cenar a un restaurante que lo incluyera en la carta pero.. mucho mejor si lo hago yo mismo y así aprendo. El problema estaba en que no tenía ni idea de qué otros ingredientes (aparte de la magret y la frambuesa harían falta). Y se me ocurrió echar mano al móvil.

La opción de navegar por internet de los móviles 3G es algo que, como la llamada por voz o cualquier chorrada de esas, no se una prácticamente nunca. Sobre todo porque normalmente es carísimo, además de que una pantalla de 300 pixels no da mucho juego. Pero no sabéis qué práctico es para encontrar una receta. Se me ocurrió usar el navegador del móvil y en unos segundos tenía un montón de recetas para elegir. Al final me quedé con magret de pato con salsa de frambuesa al oporto e higos. Me costó todo 30 euros, incluyendo una botella de oporto (que sirve para otros dias) y una botella de tinto de Rivera del Duero para acompañarlo todo. Bueno, hay que añadir casi 1 euro que me costaría mirar la receta desde el teléfono.



Lo cierto es que el plato me quedó delicioso, aunque me pasé muchísimo echándole salsa. Bueno, Ferrán Adriá no nació sabiendo ;)

Si he escrito sobre este tema es porque, mientras me lo comía, estaba maravillado de los pequeños avances que se van incorporando a nuestra vida cotidiana, que pasan desapercibidos, que ya ni nos sorprenden, pero nos permiten facilidades como, una vez estando en el supermercado, consultar qué receta nos gusta más y comprar los ingredientes.

Para el que se anime a prepararlo, seguí esta receta:
Magret de pato con salsa de oporto e higos

Por cierto, para el que no esté muy ducho en cuestiones culinarias, magret es una palabra francesa que se refiere a una pechuga de pato que incluye la piel. Probadlo, por favor.