lunes, 10 de septiembre de 2007

El Síndrome de las Iglesias de Roma

Prometo seguir con el abandonado mini curso de fotografía, pero hoy tenía ganas de hablar de otra cosa. Acabo de regresar de un viajito por Italia aunque, esta vez, he ido más de guía y de volver a volver a ver cosas que para ir a sitios nuevos aunque, claro, siempre descubres sitios donde no habías estado antes o cosas que te habían pasado desapercibidas. Sobre todo en Roma, donde la gran cantidad de maravillas clásicas y, sobre todo barrocas, te saturan tanto que te haces inmune a un montón de cosas preciosas.

En este último viaje a Roma fui con mi padre, curioso compañero de viajes. Y es que el hombre tenía mucha ilusión por conocer Italia pero no encontraba con quién (mi madre hace tiempo que se inventó una fobia a los aviones) por lo que, armado de paciencia, hice de Cicerón y pasamos un par de semanas dando vueltas desde Roma para arriba.




En los primeros dias en Roma le enseñé las iglesias que me parecen más sorprendentes, como San Ignacio de Loyola, con su mágica bóveda que parece que no existe, sino que la iglesa se abre infinitamente hacia el cielo, donde San Ignacio es recibido por Jesús, o Santa Maria supra Minerva, con la bóveda gótica de cielo estrellado y el cristo de Miguel Angel o la capilla realizada en parte por Bernini, o San Luis de los Franceses, con sus magníficos cuadros de Caravaggio, o Santa María de la Victoria, con el éxtasis de Santa Teresa, o Santa María de los Ángeles, diseñada por Miguel Ángel y que sirve como instrumento de medida astronómica, o el propio Panteón, el más importante y mejor conservado monumento Romano, hoy iglesia.

Antes de Roma, las iglesias con solo sitios de culto y, si eres ateo, encima te parecen sitios aburridos donde la gente va a rezar y oir misa. Pero cuando visitas iglesias como las que he nombrado y como muchas que serían imposible nombrar (hay más de 900 en la ciudad), descubres que una iglesia puede ser un tesoro, un museo, un sitio sorprendente, una referencia histórica.. Y empiezas a pensar que todas las iglesias son maravillosas, que solo hay que mirar bien.


Por eso, cuando te vas de Roma, cada vez que pasas por delante de una basílica, te asomas "a ver cómo es por dentro" y, por supuesto, te llevas chascos monumentales. Después de un número de chascos que depende de lo persistente (o cabezón) que se sea, el síndrome se va curando. Hay iglesias en la que no entras porque, ya desde fuera, piensas que no va a merecer la pena. Después de un tiempo y cuando ya solo se entra en las iglesaias porque te invitan a una boda, estás curado.

Esto es lo que me pasó y lo que, supongo, le pasará a todo el mundo que haya viajado a Roma con cierto tiempo y haya visitado estos templos. Al principio pensé que era algo que me pasaba solo a mi, pero al ver a mi padre parando ante cada puerta, en todas las iglesias de todos los pueblos que hemos visitado, para salir con cara de decepción, me he dado cuenta de que, al igual que el Síndrome de Stendhal, del que estaré encantado de hablar en otra ocasión, también existe un misterioso síndrome viajero, el Síndrome de las Iglesias de Roma.

domingo, 10 de junio de 2007

Curso de Fotografía. Cómo elegir la cámara de fotos II







La tontería del zoom




Después de los megapixels, el segundo dato que se suele usar para comparar si una cámara es mejor que otra es el "zoom". Este tema si que es alucinante.
Zoom significa que el objetivo de la cámara puede cambiar su distancia al sensor (por eso zoom, zumbido en inglés, por el sonido al mover el objetivo). De ahí ha evolucionado en inglés hasta significar "ampliar". En todo caso, diferenciamos los objetivos en dos tipos: los fijos, que solo tienen una distancia de enfoque y los zoom, que pueden cambiarla.
La ventaja de los objetivos fijos es que, como solo enfocan a una distancia, su funcionamiento es mucho más simple, por lo que tienen mucho menos cristales. A menos cristales, menos problemas ópticos, menos problemas cromáticos y más calidad. Su inconveniente es que no puedes ampliar ni reducir opticamente lo que la cámara "ve". Ultimamente estamos acostumbrados a que las cámaras puedan variar la distancia focal y usar un objetivo fijo nos parece un coñazo pero, la mayoría de las veces, con adelantarnos o atrasarnos unos pasos, tenemos el problema resuelto. Además, hay objetivos que, a pesar de ser fijos, son intercambiables, por lo que podemos cubrir todas las focales pero, claro, perdiendo el tiempo de cambiar el objetivo (y con el peligro de que se nos ensucie el sensor digital).
La ventaja, entonces, de los objetivos con zoom es la versatilidad que tiene poder ampliar mucho el ángulo y hacer una foto de un grupo o un monumento entero y, moviendo un poco el objetivo, cerrar mucho el ángulo, ampliar y sacar un detalle. La desventaja es que dan menos calidad de imagen y, por tener más cristales, son menos luminosos. Eso significa que, en condiciones de poca luz, es más fácil que las fotos nos salgan movidas.
Si he llamado a este tema "La tontería del zoom" es porque, aunque el zoom es muy útil, la mayoría de la gente sobreestima los teleobjetivos. Mucha gente está obsesionada con tener un teleobjetivo muy potente, que amplie mucho (reducir muchísimo el ángulo). Realmente eso solo sirve, en la mayoría de los casos, para hacer fotos de animales, de deportistas o espiar a la vecina. Son 3 casos en los que tienes que estar lejos del objeto a la fuerza. Lo que sí que es realmente útil (y nunca te lo menciona el que te vende la cámara) es que el ángulo mínimo sea lo bastante pequeño (tenga un gran angular).
¿No te ha pasado que cuand has querido hacer una foto de un monumento no te ha cabido entero de una vez? ¿O esa foto un grupo de amigos en el que, por más que se espachurren, no salen todos? Eso es porque te falta angular. Un buen angular es 28 mm (este dato referido al equivalente en una cámara de 35 mm). Con un 28 mm tendrás un ángulo fantástico sin tener demasiada deformación. Con 21 mm se pueden hacer fotos geniales y muy artísticas, aunque con deformación.
Os pongo un par de ejemplos de fotos de Londres que hice con un angular de 28 mm.




La mayoría de las cámaras compactas empiezan en 35 mm. Eso quiere decir que no son capaces de hacer fotos así, con un ángulo muy amplio, ya que es muy difícil de fabricar en una cámara compacta. Sí que son capaces de ampliar muchísimo, que eso es lo fácil de hacer. Realmente, ¿es útil tener una cámara con mucho teleobjetivo? Yo me he llevado el teleobjetivo a 10 o 12 viajes y creo que no tengo ni una sola buena foto hecha con él.
El problema es que el número de cámaras compactas con objetivos a partir de 28 mm se pueden contar con los dedos de las manos. Yo tengo una de ellas, la Canon Powershot s70 y puedo decir que va genial. Como comenté anteriomente, muchos fotógrafos profesionales están usando la Ricoh GR Digital, de 28 mm fijo.
Como conclusión, por favor, buscad una cámara con un buen angular, que os será muy útil y os proporcionará muchas posibilidades creativas y olvidaros un poco de los superzooms, que normalmente no sirven para nada.

El magret y el móvil..

En principio, un magret de pato y un teléfono móvil no tienen mucho que ver, pero dejadme que os cuente..

Ayer venía conduciendo cuando en la radio anunciaron un restaurante de lujo y empecé a salivar como el perro de Paulov cuando mencionaron la riquísima Magret de Pato a la Frambuesa. ¡Dios! ¡Qué antojo me dió! Pero seguí conduciendo y me olvidé de tan exquisito plato.

Sin embargo, por la noche tuve que ir al Corte Inglés para comprar un regalo para una boda en la sección de horteradas de El Corte Inglés y, entre inútiles copas talladas a mano con filigranas en plata y horrorosas figuritas de cerámia, me acordé del pato. Primero pensé en que fuéramos a cenar a un restaurante que lo incluyera en la carta pero.. mucho mejor si lo hago yo mismo y así aprendo. El problema estaba en que no tenía ni idea de qué otros ingredientes (aparte de la magret y la frambuesa harían falta). Y se me ocurrió echar mano al móvil.

La opción de navegar por internet de los móviles 3G es algo que, como la llamada por voz o cualquier chorrada de esas, no se una prácticamente nunca. Sobre todo porque normalmente es carísimo, además de que una pantalla de 300 pixels no da mucho juego. Pero no sabéis qué práctico es para encontrar una receta. Se me ocurrió usar el navegador del móvil y en unos segundos tenía un montón de recetas para elegir. Al final me quedé con magret de pato con salsa de frambuesa al oporto e higos. Me costó todo 30 euros, incluyendo una botella de oporto (que sirve para otros dias) y una botella de tinto de Rivera del Duero para acompañarlo todo. Bueno, hay que añadir casi 1 euro que me costaría mirar la receta desde el teléfono.



Lo cierto es que el plato me quedó delicioso, aunque me pasé muchísimo echándole salsa. Bueno, Ferrán Adriá no nació sabiendo ;)

Si he escrito sobre este tema es porque, mientras me lo comía, estaba maravillado de los pequeños avances que se van incorporando a nuestra vida cotidiana, que pasan desapercibidos, que ya ni nos sorprenden, pero nos permiten facilidades como, una vez estando en el supermercado, consultar qué receta nos gusta más y comprar los ingredientes.

Para el que se anime a prepararlo, seguí esta receta:
Magret de pato con salsa de oporto e higos

Por cierto, para el que no esté muy ducho en cuestiones culinarias, magret es una palabra francesa que se refiere a una pechuga de pato que incluye la piel. Probadlo, por favor.

jueves, 31 de mayo de 2007

Curso de Fotografía. Cómo elegir la cámara de fotos I

Muchas veces he tenido que oir que alguien me decía "me gusta muchísimo esa foto, me encantaría hacer cosas así pero, claro, yo no tengo tu cámara". Y siempre respondo lo mismo:

Toda cámara fotográfica es una caja negra con un boquete. Mientras más grande sea el boquete, más cara es la cámara. No hay más.



Sé que es una definición muy bestia pero, en líneas generales, es cierto. No hace falta una cámara carísima para hacer buenas fotografías. Lo importante es lo que vas a fotografiar y cómo lo vas a hacer.

Cuando empecé a interesarme por la fotografía tenía una cámara compacta de Pentax de 3 mpixels (que ahora no cuesta ni 150 euros) y puedo decir que con esa cámara hice algunas de mis fotos preferidas. Por ejemplo, hice una foto en un día de lluvia en la Isla de Burano, a unos kilómetros de Venecia. Es una foto que ha gustado a mucha gente e, incluso, contactaron conmigo desde la revista catalana L'Hiperbolic y la publicaron a toda página como la imagen del mes. !La imagen del mes estaba hecha con una cámara compacta de 3 mpixels, lo mínimo que cualquiera tiene por casa!Desgraciadamente, la fotografía (como casi todo) se mueve por el marketing. Si os fijáis en las "especificaciones" que acompañan a las cámaras de fotos en los expositores de los grandes almacenes, solo son: megapixels, zoom óptico y digital (como si eso último existiera), memoria y, claro, precio. Realmente esos datos solos no aportan nada. No podría decidir qué cámara comprar solo con esos datos, pero son los que nos quieren vender. Se supone que una cámara de más megapixels es mejor que una de menos. Y que una cámara con más "zoom" es, por supuesto, mejor que una con menos. Falso, falso, falso. Todo falso.

Como dijo el artista británico que ayer se comío un perrito en directo, vamos por partes:

¿Cámara digital o clásica?

No quiero entrar en una discusión en la que no se llega a ninguna conclusión pero, siendo práctis, una cámara clásica (también llamada química o analógica) es un coñazo para alguien que quiera aprender fotografía. Antes te decían que hicieras disparos y apuntaras en una libretita como hiciste cada foto. Después, llevabas el carrete a revelar y a los varios dias (y tras gastarte tu dinerito) veías que las fotos habían sido una porquería. Te ibas a tu libretita y aprendías dónde había estado el error. Ahora puedes hacer todo ese mismo proceso de aprendizaje en unos minutos. Puedes hacer una foto y ver al instante si ha salido exactamente lo que tú querías y, si no es así, pensar por qué, hacer varias pruebas, hasta dar con la solución y aprender la lección.

Por todo ello, no tiene sentido, hoy por hoy, iniciarse en la fotografía con una cámara clásica. Eso no quiere decir que estas cámaras no tengan algunas ventajas (además de muchos inconvenientes). Por ejemplo, te puedes ir un mes al desierto con un puñado de carretes, sin pensar dónde vas a almacenar las fotos y, sobre todo, donde c... recargas las baterías. Otra ventaja de la fotografía clásica es que te permite aprender el arte del revelado aunque, básicamente, es hacer lo mismo que puedes hacer con un buen programa de edición de fotos, pero de forma mucho más laboriosa. Creo que se quedará para algunos románticos.

¿Reflex o compacta?


Mucha gente tiene la creencia de que las únicas cámaras buenas con las reflex. Lo cierto es que impresionan más, son más voluminosas y te dan un aspecto más profesional. También es cierto que te permiten muchísimo juego gracias a las ópticas intercambiables. Pero no todo son ventajas: las reflex son pesadas, aparatosas e imposibles de disimular.

Hace poco leía una entrevista a un fotógrafo de la Agencia Magnum y contaba como siempre llevaba de viajes dos cámaras digitales compactas Ricoh gR DE 8 Mixels y óptica fija de 28 mm. Poco a poco veremos qué significa todo eso, pero lo importante es que un fotógrafo de la agencia más prestigiosa del mundo no se lleva una reflex cuando va a hacer un reportaje sobre un conflicto bélico o la situación de un pais. Dice que la gente le mira de otra manera con una reflex. Además, se creen que tiene dinero, lo ven más distante.

Yo uso una reflex para mis fotos en la mayoría de los casos, pero también es cierto que me estoy empezando a plantear que mis fotos están perdiendo exponteneidad. La cámara compacta la llevas en el bolsillo de la chaqueta y, si ves algo, la sacas y disparas. La reflex está dentro de la mochila a tu espalda o en la bolsa al hombro y, además, no tiene puesto el objetivo que necesitas para esa foto así que al final piensas que es demasiado trabajo sacarla y cambiarle el objetivo y que quizás no te de tiempo o que la foto tampoco merece tanto la pena... y te quedas sin un montón de fotos que podrían haber sido buenísimas. Me pasa muchísimo.

Por ello, piénsatelo bien antes de comprarte una SLR (reflex digital) y, sobre todo, si tienes una compacta y no tienes intención de comprarte una reflex, no te preocupes. Harás fotos iguales o mejores que con una reflex. Quizás con más ruido, con distorsión cromática o lo que sea, pero fotos cojonudas.

Como comentario, decir que las mejores fotos del siglo pasado se hicieron con cámaras Leica. Eran unas compactas pequeñitas que se podían llevar como una riñonera a la cintura y le daban al fotógrafo una libertad que no había tenido hasta entonces.

Aquí tenemos al maestro Cartier-Bresson y su Leica con objetivo fijo:

¿Tropecientos megapixels?

Aunque la cantidad de megapixels de una cámara de fotos sea la medida más usada para comparar una cámara con otra, realmente no es tan importante como intentan hacernos creer.

Si miramos un imagen digital muy de cerca, con una lupa gigante, vemos que está compuesta por un montón de "puntitos" (pixels) de colores distintos. Los megapixels del sensor de la cámara no es más que el número de puntitos con los que se puede guardar, como máximo, una fotografía hecha con esa cámara. Por eso, lo importante es ¿cuántos megapixels necesitas?

Si siempre has sacado tus fotos en el típico 10x15, te basta con 2 megapixels, incluso con 1,2 si estás dispuesto a peder un poco de calidad. Con 4 megapixels puedes sacar buenas impresiones en un papel de 18x24 cm. Con 8 megapixels (de lo que más se vende ahora mismo en las tiendas) puedes ampliar una fotografía con una calidad excepcional en un tamaño de 45 cms. ¿Alguna vez en tu vida has sacado una foto tan grande?? Evidentemente, no, a no ser que seas un profesional o te presentes a concursos.

Lo curioso es que una buena cámara de 3 mpixels hará mucho mejores fotos que una mala cámara de 8 mpixels si las dos se van a ampliar a 10x15 cm.

Por ello, por favor, olvidaros un poco de la resolución (a no ser que la necesitéis específicamente). El mito de los megapixels es la excusa que tienen los fabricantes y los vendedores para que creas que tu cámara del año pasado ya es vieja, porque tiene 2 megapixels menos que los últimos modelos.

Lo más probable es que con 4 megapixels tengas suficiente. 8 megapixels solo si sacas grandes ampliaciones para exponer o trabajas para una revista. En los dos últimos casos, no estarías leyendo esto.

A partir de saber que la calidad de una cámara no se mide por su resolución, dejemos de obsesionarnos y pasemos a elegir la cámara que necesitamos. Además, se pueden encontrar unas cámaras buenísimas a un precio ridículo solo porque no están a la última en megapixels. Buenas noticias para nosotros :)

Curso de Fotografía. Introducción

Buenas. A petición de unas cuentas personas voy a empezar un pequeño curso de fotografía que intentaré que sea ameno, distendido y facilmente comprensible. Además, estaría genial si lo hiciéramos interactivo y así aprendemos entre todo.

Lo primero sería preguntarse ¿quién c.... soy yo para dar un curso de fotografía? Pues ahí me has pillado. No tengo ninguna titulación sobre esto, no he hecho ningún curso y, lo que es peor, casi no tengo experiencia. Eso si, me encanta esto. Me apasiona. Y a ver si consigo apasionar a alguien más.

Existen en el mercado un montón de libros buenísimos sobre fotografía y personalmente conozco a algún profesor excelente, así que no pretendo dar ninguna clase magistral y este texto es absolutamente inútil para un profesional. Si eres un fotógrafo profesional, no sigas leyendo. Mejor échate en el sofá, vete a leer un libro o date una vuelta por el barrio: esto sería una pérdida de tiempo. Si es que te gusta perder el tiempo miserablemente, entonces adelante, quítate los zapatos, ponte cómodo y te dejo que pongas los pies encima de la mesa.

¿Sobre qué voy a hablar aquí? No creo que vaya a profundizar demasiado en la física (y la química, aunque cada vez menos) que hacen posible el milagro de la fotografía, ni hable sobre técnicas complicadísimas. Primero porque no hace falta para disfrutar de la fotografía, y segundo porque muchas de esas cosas ni siquiera las se (seamos sinceros). Pero sí hablaré sobre la cámara, el encuadre, la composición, la luz, el tiempo, la sensibilidad, el flash.. Pero no os remitáis solo a los post específicamente del curso, porque pienso contaros un montón de cosas que he ido aprendiendo sobre viajar, o sobre viajes relaccionados con la fotografía..

A los que vais a seguir estos temas sobre fotografía (ahora o en el futuro) solo os quiero pedir una cosa a cambio de este trabajo: antes de leer nada, elegid una serie de fotos que os encanten, que os parezcan preciosas o que no tengáis ni idea de cómo pueden haber sido hechas. Después de cada tema seguro que comprendéis un poco más el por qué os gustan tanto esas fotos y, a la vez, vais desgranando la técnica que hay detrás de esa foto, el cómo ha sido posible.

Me encantaría que en los comentarios dejárais enlaces a esas fotos. Espero que, entre todos, disfrutemos y aprendamos muchísimo.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Génesis

Hoy es el dia en el que he decidido cambiar mi eternamente en construcción página de fotos por un blog. Espero que pueda convertirse en un punto de encuentro con los amigos de siempre, los nuevos y los que aparezcan gracias a este sistema.

¿De qué hablaré? Bueno, aún no tengo ni idea, no lo he pensado, pero supongo que irá, sobre todo, de las cosas que me encantan: viajes, lugares con encanto, rinconcitos sorprendentes y las gentes que las pueblan. Irá sobre fotografía, mi gran compañera de viaje. Y seguro que alguna vez no puedo resistirme a escribir sobre temas que me llaman mucho la atención, aunque soy un completo ignorante: arte, música, literatura..

Para mi va a ser una prueba de fuego para comprobar si soy capaz de expresar con palabras mi desordenado y caótico mundo.

Así que, colgaos las mochilas y.. «in piede: la via è lunga e 'l cammino è malvagio, e già il sole a mezza terza riede».